El pueblo de Foncebadon


Sellos de Foncebadón





<...."algun dia Foncebadón renacerá de sus cenizas,Legion dejo mucho poder alli"....> del libro "El peregrino de Compostela", autor Paulo Coelho"

.-Que diferencia de pasar por un pueblo cuando desconocemos su historia,a hacerlo,cuando poseemos,aunque sean mínimos,algunos conocimientos sobre sus orígenes,constumbres y pasado.Aun recuerdo mi paso primera vez .Con los ojos del corazón puestos en Santiago, los de la cara,no eran capaces de imaginarse,lo que aquellas ruinas fueron en otro tiempo y mis pasos se dirigian raudos hacia la Cruz de Ferro,........aquello era solo un monton de piedras.
Ahora cuando paso por Foncebadón mi sensación no es la de estar caminando por un paraje olvidado pese a sus casas deshabitadas,puertas desvencijadas.Sus piedras me hablan,contando la historia que rezuma de sus ruinas, deseando ser escuchada,sin gargantas que la relaten.El pueblo tiene un alma dormida,que espera al despertase ,que sus historias vuelvan a ser contadas,si es que alguna vez se olvidaron.
Cuantos pueblos abandonados salpican España,pequeños fantasmas de piedra y madera,invadidos por la vegetación tratando de recuperar el terreno que antaño le quitamos y a la vez ocultar nuestro paso a la memoria.Poco es lo que queda de este pueblo en la actualidad,uno de los lugares más famosos en la historia de la Edad Media en la Maragatería,hoy sus únicos vecinos,descendientes directos de los primeros pobladores ,son una pastora llamada María y su hijo.
La primera referencia a Foncebadón la encontramos en el año 946, bajo el reinado de Ramiro II en una donación al monasterio de Santa María de Tabladillo,y en la que se hace mención al llamado Concilio de Foncebadón o del Monte Irago,en el cual se trato de poner remedio a los incesantes robos y asesinatos que se cometían en el Camino,aunque el origen del pueblo,como tal,parece remontarse a finales del siglo XI, cuando el ermitaño, Gaucelmo ,funda un hospital para dar cobijo a los peregrinos que se dirigian a la tumba del Apóstol Santiago,solicitando el beneplácito del Rey Alfonso VI a fin de poblar el lugar.
El favor real sobre estas tierras fue tal que sus pobladores se hallaban exentos del pago de tributos ,portazgos y pechos por el servicio que rendían. Ya en el año 1103, está documentada la consolidación de una población en el lugar, en torno a la Iglesia de San Salvador,así como, los albergues de "Fonsabatón" e "Irago", los hospitales de "Santa María" y "San Juan" y un convento o abadía.
La importancia y la extensión superficial que a través de donaciones y privilegios fue adquiriendo Foncebadón llegó a ser tal que fue necesario nombrar administradores de bienes y recaudadores de diezmos.
Hasta el año 1330, la corona ratificó sucesivamente los favores concedidos en el momento de la fundación, pero a partir de esa fecha no existe ninguna afirmación, lo que anuncia una época de decadencia. En 1790, los vecinos del pueblo, acuciados por la necesidad, reclamaron a su Majestad Carlos IV el reconocimiento de las antiguas prerrogativas. El rey Fernando VII fue quien ratificó, por última vez, los seculares privilegios fiscales de los habitantes de Foncebadón en el año 1815. Durante el último siglo, las transformaciones socioeconómicas han hecho mella en Foncebadón, de tal manera que de un pueblo vivo con 215 habitantes de derecho censados en el año 1900, hoy apenas quedan.Foncebadón, lugar donde mitos ancestrales y leyendas se funden con un paisaje de marcada singularidad, es, sin duda, un escenario clave donde se desarrolló gran parte de la historia maragata. A pesar de la ruina en la que la emigración ha sumido a este núcleo, sus rincones aún conservan los rasgos y el acervo cultural de un pueblo nacido en el Camino y para el Camino. Transitar por la calle Real es recorrer un trecho con largos siglos de historia dormidos entre los restos de su empedrado original.
Sobre la Cruz de Ferro,faro guia de Foncebadon,a poco más de un kilómetro,en la cima del monte Irago,cuenta una leyenda,que las mozas de los lugares próximos,rezaban a sus pies antes de casarse.Acudio un día una joven que había sido burlada por el criado de un canónigo.Tras falsas promesas,el desvergonzado logro saciar su apetito carnal con la inocente muchacha,para después ir a la caza de nuevas aventuras.La joven lloro e imploró ante la cruz y sus lamentos hirieron el alma del bondadoso pueblo.
Continua la leyenda diciendo que después de muchos años,nadie sabe cuantos,la cruz dara por concluidos los tormentos de tan cruel sujeto,resarcira a la víctima de sus penas y el pueblo resurgirá de sus cenizas ,cual ave fenix,si ésta es capaz de dejar de llorar allá donde se encuentre.
En la actualidad gracias al nuevo auge que tomo el Camino de Santiago,al deporte de la caza,y al turismo de invierno,Foncebadon hace honor a la leyenda de su resurgimiento,contando en la actualidad con varios establecimientos hoteleros,dos albergues de peregrinos y muchas de sus casas en proceso de restauración.



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Consejos a la hora de hacer el Camino

Si está empezando a leer esto es porque está interesado en hacer el Camino de Santiago; pero realmente, ¿Sabe qué es el Camino de Santiago?; ¿ha caminado o pedaleado alguna vez?; ¿está dispuesto a sufrir el calor, la lluvia o el frío?, ¿a saborear la amistad, el paisaje, la soledad o los silencios?.

¿Qué es el camino de santiago?

Desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, en el siglo IX, el Camino de Santiago se convirtió en el más importante itinerario de peregrinación de la Europa medieval. El paso de innumerables peregrinos que, movidos por su fe, se dirigían a Compostela desde todos los países europeos, sirvió como punto de partida del desarrollo artístico, social y económico que dejó sus huellas a todo lo largo del Camino de Santiago. Pero, el Camino no es sólo un resto arqueológico de un espléndido pasado histórico, sino que es un camino vivo, renovado por el paso de los nuevos peregrinos que reviven en este siglo una historia que es patrimonio común a los pueblos de Europa.
Peregrinar a Compostela al modo tradicional no es simplemente hacer un recorrido turístico o deportivo por un itinerario artístico en contacto con la naturaleza. Es todo eso; pero es mucho más. Es encontrarse con las raíces religiosas e históricas de Europa, es renovar un Camino de transformación interior, es caminar al ritmo de otros siglos, es. peregrinar.
Podemos decir que el Camino de Santiago es un símbolo. Es una ruta de fe; una ruta de arte y cultura; una ruta ecológica y humana: un encuentro con la trascendencia; la búsqueda de uno mismo; una peregrinación a Finisterre, al misterioso morir y renacer. Es una aventura física y espiritual y hay que prepararse para ella.

¿Ha caminado alguna vez?, ¿Ha pedaleado alguna vez?

Seguramente sí, pero no es lo mismo hacer un pequeño recorrido por las cercanías de su ciudad, y de forma esporádica, que emprender una aventura como el Camino Francés. Para que esta experiencia le resulte grata, antes de ponerse en marcha conviene que busque información, que conozca la historia del Camino, que se prepare físicamente para poder realizar la peregrinación. Para ello puede ponerse en contacto con caulquier asociación de Amigos del Camino de Santiago . En ellas le facilitarán la información que necesita y le orientarán sobre la organización de las etapas, libros de consulta, lugares de alojamiento y los consejos prácticos que necesita un peregrino.

El Camino de Santiago a pie

Antes de caminar
Para muchas personas la peregrinación a pie a Santiago de Compostela ha sido una de las experiencias más gratificantes de su vida. Al mismo tiempo es un empeño físico y mental que hay que preparar a conciencia. Los siguientes consejos pueden ayudarle.

Preparando el recorrido
Antes que nada hay que procurar ambientarse a base de leer algo sobre la historia del Camino y la peregrinación, que nos ayude a sentirnos eslabones de la gran cadena de peregrinos que nos han precedido, y nos prepare a disfrutar mejor del recorrido. Consulte las guías más actualizadas que existen en el mercado.
Procure hacer un plan de etapas previo, pensando que lo normal es recorrer de 25 a 30 kilómetros cada día. Conviene programar al principio etapas cortas para que su cuerpo se vaya adaptando. Al cabo de unos días ya estará entrenado y podrá hacer etapas más largas. Puede programar algún día de descanso; pero, lo mejor es que realice algunas etapas cortas (sobre 15 Km.), haciéndolas coincidir con el paso por los lugares que quiera visitar detenidamente.
Consulte la lista de albergues actualizada si desea usarlos.Estos alojamientos son exclusivamente para los que peregrinan a pie o bicicleta sin realizar tramos en vehículo, y no se pueden hacer reservas. Los grupos grandes de peregrinos conviene que busquen otras alternativas fuera de los refugios habituales. Suelen tener más medios a su alcance y no es lógico que llenen los albergues y dejen a otros peregrinos en la calle.
La peregrinación andando está al alcance de la mayoría de las personas aunque no sean atletas, siempre que sepan dosificar el esfuerzo en función de sus posibilidades físicas. Tendrá que entrenarse realizando caminatas cada vez más largas y, a ser posible, con la mochila cargada con todo el equipo imprescindible que piense llevar, así comprenderá que cuando "pesa", lleva más de lo "imprescindible", y es mejor dejar lo superfluo en casa.

Preparando el equipo

1. La mochila: Será su compañera de camino durante muchas horas por lo que debe ser cómoda y ligera. Procúrese una de tipo anatómico, con correas en la cintura y el pecho, y con bolsillos laterales superiores. Hay que meter las cosas en la mochila de forma ordenada y en bolsas de plástico de diversos colores para facilitar su uso y prevenir que se puedan mojar. El peso es un tremendo problema, que se evita prescindiendo de casi todo. Si excede de 10 Kg. "le pesará". Al cargarla hay que distribuir lo más pesado al fondo y lo más próximo posible a la espalda. Nunca es conveniente llevar nada fuera de la mochila colgando porque se moja o se pierde con facilidad.

2. Saco de dormir: Es imprescindible si piensa utilizar refugios o albergues de peregrinos. En verano no es necesario que sea muy grueso y por tanto muy pesado. También es conveniente llevar una esterilla para no dormir directamente en el suelo.

3. Calzado: Hay que llevar más de un par y procurar que el pie esté previamente acostumbrado a ellos (usados). Lo ideal sería una bota de tejido, ligera y transpirable, que proteja los tobillos de los esguinces y facilite caminar entre piedras y barro. En verano se pueden utilizar zapatillas de deporte si las botas le resultan incómodas.

4. Ropa: La justa. Dos juegos de cada pieza (camisa, pantalón.); mudas y calcetines necesarios; un jersey y chubasquero o capa que en caso de lluvia pueda tapar la mochila. Una bolsita con detergente facilitará la limpieza y que al final de la jornada se pueda poner ropa limpia. Será agradable para usted y para el olfato de los demás. El estilo y la vestimenta es aconsejable cuidarlos, de forma que se nos identifique como peregrinos y no como simples deportistas. Para ello llevaremos en la mochila la concha y en la mano el bordón del caminante. Es conveniente portar un sombrero de tela o paja; este último especialmente en épocas de calor. Siempre conviene llevar a mano un pantalón largo, que se los pueda poner fácilmente sin quitarse el calzado, y una prenda para evitar enfriarse en las paradas y poder vestirse de forma discreta para entrar en las iglesias, tiendas refugios, etc.

5. Comida: Siempre hay que llevar un poco de comida encima, sobre todo frutos secos, fruta o chocolate; y la cantimplora llena. Es inútil cargar comida para más de un día. En los albergues le informarán si hay dificultades para encontrar alimentos en los siguientes kilómetros.

6. Botiquín: Se puede llevar un pequeño botiquín con yodo, esparadrapo de tela, gasas estériles, tiritas, algún laxante, antidiarreico, una crema anti-inflamatoria y crema solar con alto grado de protección.

7. Bordón: Un bordón ayuda a caminar aunque "a priori" parezca molesto.

8. Varios: Linterna. Una bolsa de plástico (con cordones para colgar al cuello) facilita llevar a mano los mapas sin que se rompan ni mojen. Además de una guía con mapas, puede llevar un libro pequeño que le ayude a la reflexión (Evangelio u otro libro religioso, poesía, y algo sobre historia y arte del Camino); pero no pretenda llevarse toda su biblioteca. Una libreta para tomar notas. No es bueno llevar mucho dinero encima. Es mejor usar tarjetas de crédito o cheques de viaje. Conviene que su familia tenga una idea de su recorrido y los teléfonos de las Oficinas de Información para localizarlo en casos urgentes. Gafas para el sol. Una pequeña navaja multiuso y lo que considere esencial completarán su equipamiento básico. (Atención al peso).

9. Documentación:

1. Personal: El Documento Nacional de Identidad o Pasaporte, y la Tarjeta de la Seguridad Social o cualquiera de Asistencia Sanitaria.

2. De peregrino: Credencial de Peregrino: En esta misma página existe un apartado que explica cómo obtenerla.


Al caminar

Tenga en cuenta que todo el camino está marcado a base de flechas amarillas y mojones de piedra. Esta señalización suele ser más fiable y actualizada que la de las guías, en caso de duda., siga la flecha.
En verano evite las horas de más calor a base de salir lo más temprano posible (procure no hacerlo de noche). Póngase crema protectora para el sol y no use durante muchas horas, sobre todo en los primeros días, camisetas y pantalones cortos. Procure, al principio, no caminar muy rápido hasta que conozca su ritmo. Si peregrina en grupo procure adaptarse al ritmo del más lento, en el Camino no hay que buscar llegar el primero, sino llegar.
Si usa los albergues de peregrinos comprobará que no todos reúnen buenas condiciones: acepte lo que le ofrezcan y agradezca el esfuerzo de las personas que trabajan para ayudarle de modo altruista. Procure colaborar para dejar los albergues limpios y ayude con un donativo para sus gastos de mantenimiento. Por la noche recuerde que hay que respetar el descanso de los demás. Apague el teléfono móvil. Los refugios están previstos para pasar una sola noche y tan sólo para los que peregrinan a pie, en bicicleta o a caballo. En caso de enfermedad consulte con los responsables del refugio, que dependiendo de las circunstancias, le informarán si puede quedarse una jornada más y donde puede encontrar atención sanitaria.
Hacer la peregrinación a Santiago implica una cierta sobriedad en los gastos; no es de recibo el caso de algunos que piden refugio gratuito y luego gastan el dinero sin control en otras cosas. Ser peregrino incluye el ser honesto.
Trate con amabilidad a la gente que encuentre al borde del Camino: no son "ignorantes" que deben estar a su servicio, sino personas normales que suelen tratar bien a los peregrinos porque los que han pasado antes que usted los han tratado así a ellos.
Al caminar por carretera sea prudente, no olvide que es la parte más débil y que los automóviles no se fijan demasiado en un "simple peatón".
Si encuentra alguna deficiencia o se le ocurre alguna sugerencia para mejorar las cosas, póngase en contacto con alguna de las oficinas de información. No se desanime aunque tenga problemas, éstos forman parte de "su Camino" y muchos peregrinos antes que usted los han tenido y los han superado.

¡ULTREIA!.