Tomás;el último templario





La subida a los montes de León supone una de las más duras pruebas para el peregrino, que llega con la lengua fuera a la Cruz del Ferro, donde, según la tradición, colocará su tributo en forma de pequeña piedra. Un poco más abajo se encuentra el albergue de Manjarín ,pueblo en ruinas.Uno tiene la sensación de que este lugar es de otro mundo ,hace falta verlo para creerlo.

Tomás, el hospitalero, se ha ganado la enemistad de los responsables políticos de la zona. El albergue de Manjarín no figura, de hecho, en la red oficial de albergues. Tomás es ,muy a su pesar,un tipo polémico,......polémico quizás sí;pero auténtico.

Vivía en Madrid ,pertenecio a la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT), pero dejó la capital y se vino a vivir a Ponferrada, donde en compañía de sus incondicionales Ramón y Miguel fundó la Asociación de Amigos Templarios. Desde entonces vive en estas cumbres, entre gallinas y ocas, durante todo el año.Con anterioridad tambien contaba con dos perros,envenenados tiempo atrás por,según él,"algún espíritu impuro".



Lleva 18 años de hospitalero, compartiendo cena con los peregrinos que asoman el morro por el puerto, a los que llama tocando la campana del albergue,al igual que hicieran los antiguos momjes templarios ,con el fin de orientar a los peregrinos en los dias de espesa niebla. Al lado, en una vieja caravana, vivía su amigo Paulino, astauriano,hemipléjico y casi ermitaño.

Nacido si no recuerdo mal en Murias de Rechibaldo,Tomas Martínez de Paz,"el último templario" como gusta que le llamen, confiesa que fue una llamada espiritual la que le llevó a dedicarse a hospitalero y desde hace 17 años predica con el ejemplo en el albergue de Manjarín.

Su mayor satisfacción es poder dar posada al peregrino en pleno camino hacia Compostela. Luchador como pocos, Tomás Martínez antepone su fuerza de voluntad a cualquie contingencia, e incluso a los desplantes.Sabe que siendo honesto vivirá bien consigo mismo,y con los que acoge.Refugios y albergues en el Camino de Santiago existen en un buen número, pero pocos como el de Manjarín. Desde el 27 de junio de 1993, Año Jacobeo, Tomás Martínez es el encargado de prestar ayuda y cobijo a los miles de peregrinos que año, tras año hacen parada en el alto. Nunca cierra las puertas a nadie.

Su vocación nace precisamente de habe rrecorrido el Camino de Santiago y de haber vivido toda su esencia. De ahí su adiós a Madrid y a su trabajo para trasladarse a Manjarín y allí,predicando con la pobreza, ayudar al peregrino camino de Santiago. Precisamente esa pobreza de medios le lleva, como él apunta, a arreglarse con poco más de 300 euros al mes para vivir y cuidar el refugio<<Vivimos de los donativos que nos dan voluntariamente los peregrinos y de un pequeño huerto y también de alguna que otra ayuda. Gran parte de todo eso se nos va en comida que compartimos con el peregrino. El resto, si queda algo, se reinvierte en el albergue>> No se cansa de decir que por mucho que se le ataque o descalifique él seguirá al pie del cañón,«porqué lo mío es espiritual y eso resiste a cualquier ataque».



Aunque ha tenido sus días buenos y malos Tomás nunca ha cerrado la puerta a nadie «sólo a dos hijos de satanás con carnet» comenta. Lleva la cuenta de cuantos peregrinos han pasado por el su casa, tanto para quedarse un día a descansar como para sellar la credencial ,total unos 15.000.

Su vida en Manjarín tiene innumerables anécdotas, la mayor parte de ellas buenas y una que guarda con especial recuerdo y que sólo a los amigos y a aquellos peregrinos a los que considera buena gente se la cuenta.«Precisamente fue un día que nos habían adulterado el agua de la fuente llenándola con basura y salamandras. Harto de tanta injusticia decidí cerrar el albergue. Era el día 19 de julio de 1999 y había cuatro personas levantadas y otras trece durmiendo. Yo había salido y al volver me habían dicho que había un nuevo peregrino, una mujer que había llegado a las doce de la noche. La primera sorpresa fue cuando se dirigió a un hombre con problemas musculares y tocándole simplemente le quitó los dolores. Fue maravilloso. Pero lo mejor no había pasado. Precisamente ese día, con tanta gente,todos estábamos más tranquilos. Yo quise saber de aquella mujer y cual fue mi sorpresa cuando descubrí que había iniciado el Camino en Jerusalén el día deNavidad. Eso y la aureola que irradiaba fue algo mágico que aún hoy recuerdo. Dias más tarde recibi la visita de un amigo que me traía una espada templaria y una imagen de la aparición de la Virgen en El Escorial.Mi sorpresa fue mayúscula cuando ví su rostro ,éste coincidía a la perfección con el de la citada peregrina>>.


Es un recuerdo de los muchos que guarda Tomás con esmero ,en su albergue de Manjarín,reconstruido para ayudar a miles de peregrinos ,en el que a pesar de su aparente humildad siempre encuentran un espacio para reponerse del cansancio.

Tomás Martínez de Paz es la viva imagen del auténtico hospitalero, de una persona corriente con la que es gratificante hablar, en suma,de un hombre rico en espíritu para el que su mayor orgullo es ayudar al projimo.

3 comentarios:

  1. Mu bien tu homenaje a Tomás. Es otro que se lo merece. A algún amigo mío le ha salvado la vida en medio de una enorme tormenta de nieve, y si no llega a ser por su campana tal vez se hubiese perdido. Tu página se está llenando de gente entrañable.

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  2. Nuestro Gran Maestre de Jumilla nos habló en cierta ocasión el haber conocido al hermano Tomás Martínez de Paz en un acto templario en Malgrat de Mar (Catalunya), y, posteriormente nuestro hermano peregrino Manuel Hernández, en su peregrinaje a Santiago de Compostela tuvo ocasión de tomar descanso en el albergue de este buen hermano templario que es Tomás Martínez de Paz. Albegue en un camino místico en el que diversos ciudadanos de la bailía de Jumilla han dado buenos informes del hermano Tomás Martínez.

    Rezaremos para que Nuestra Señora le bendiga, guíe y siga protegiendo. A mayor gloria de Nuestro Señor.

    Recibid mis bendiciones.

    Frey Anselmo de los Cerrillares
    Bailía Templaria de Jumilla

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  3. Hola, yo tambien estoy buscando a mis hermanos Templarios peridos en el universo, algún día hermano estaré contigo y me reconoceras como a ese chaman que te visitó, me reconoceras porque en nuestra alma llevamos nuestro signo, nuestra cruz que tanto amamos y que tanto dio a la humanidad. Rubén templario de cristo.
    No anosotros Señor, no anosotros, sino a tu Nombre da la Gloria

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Consejos a la hora de hacer el Camino

Si está empezando a leer esto es porque está interesado en hacer el Camino de Santiago; pero realmente, ¿Sabe qué es el Camino de Santiago?; ¿ha caminado o pedaleado alguna vez?; ¿está dispuesto a sufrir el calor, la lluvia o el frío?, ¿a saborear la amistad, el paisaje, la soledad o los silencios?.

¿Qué es el camino de santiago?

Desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, en el siglo IX, el Camino de Santiago se convirtió en el más importante itinerario de peregrinación de la Europa medieval. El paso de innumerables peregrinos que, movidos por su fe, se dirigían a Compostela desde todos los países europeos, sirvió como punto de partida del desarrollo artístico, social y económico que dejó sus huellas a todo lo largo del Camino de Santiago. Pero, el Camino no es sólo un resto arqueológico de un espléndido pasado histórico, sino que es un camino vivo, renovado por el paso de los nuevos peregrinos que reviven en este siglo una historia que es patrimonio común a los pueblos de Europa.
Peregrinar a Compostela al modo tradicional no es simplemente hacer un recorrido turístico o deportivo por un itinerario artístico en contacto con la naturaleza. Es todo eso; pero es mucho más. Es encontrarse con las raíces religiosas e históricas de Europa, es renovar un Camino de transformación interior, es caminar al ritmo de otros siglos, es. peregrinar.
Podemos decir que el Camino de Santiago es un símbolo. Es una ruta de fe; una ruta de arte y cultura; una ruta ecológica y humana: un encuentro con la trascendencia; la búsqueda de uno mismo; una peregrinación a Finisterre, al misterioso morir y renacer. Es una aventura física y espiritual y hay que prepararse para ella.

¿Ha caminado alguna vez?, ¿Ha pedaleado alguna vez?

Seguramente sí, pero no es lo mismo hacer un pequeño recorrido por las cercanías de su ciudad, y de forma esporádica, que emprender una aventura como el Camino Francés. Para que esta experiencia le resulte grata, antes de ponerse en marcha conviene que busque información, que conozca la historia del Camino, que se prepare físicamente para poder realizar la peregrinación. Para ello puede ponerse en contacto con caulquier asociación de Amigos del Camino de Santiago . En ellas le facilitarán la información que necesita y le orientarán sobre la organización de las etapas, libros de consulta, lugares de alojamiento y los consejos prácticos que necesita un peregrino.

El Camino de Santiago a pie

Antes de caminar
Para muchas personas la peregrinación a pie a Santiago de Compostela ha sido una de las experiencias más gratificantes de su vida. Al mismo tiempo es un empeño físico y mental que hay que preparar a conciencia. Los siguientes consejos pueden ayudarle.

Preparando el recorrido
Antes que nada hay que procurar ambientarse a base de leer algo sobre la historia del Camino y la peregrinación, que nos ayude a sentirnos eslabones de la gran cadena de peregrinos que nos han precedido, y nos prepare a disfrutar mejor del recorrido. Consulte las guías más actualizadas que existen en el mercado.
Procure hacer un plan de etapas previo, pensando que lo normal es recorrer de 25 a 30 kilómetros cada día. Conviene programar al principio etapas cortas para que su cuerpo se vaya adaptando. Al cabo de unos días ya estará entrenado y podrá hacer etapas más largas. Puede programar algún día de descanso; pero, lo mejor es que realice algunas etapas cortas (sobre 15 Km.), haciéndolas coincidir con el paso por los lugares que quiera visitar detenidamente.
Consulte la lista de albergues actualizada si desea usarlos.Estos alojamientos son exclusivamente para los que peregrinan a pie o bicicleta sin realizar tramos en vehículo, y no se pueden hacer reservas. Los grupos grandes de peregrinos conviene que busquen otras alternativas fuera de los refugios habituales. Suelen tener más medios a su alcance y no es lógico que llenen los albergues y dejen a otros peregrinos en la calle.
La peregrinación andando está al alcance de la mayoría de las personas aunque no sean atletas, siempre que sepan dosificar el esfuerzo en función de sus posibilidades físicas. Tendrá que entrenarse realizando caminatas cada vez más largas y, a ser posible, con la mochila cargada con todo el equipo imprescindible que piense llevar, así comprenderá que cuando "pesa", lleva más de lo "imprescindible", y es mejor dejar lo superfluo en casa.

Preparando el equipo

1. La mochila: Será su compañera de camino durante muchas horas por lo que debe ser cómoda y ligera. Procúrese una de tipo anatómico, con correas en la cintura y el pecho, y con bolsillos laterales superiores. Hay que meter las cosas en la mochila de forma ordenada y en bolsas de plástico de diversos colores para facilitar su uso y prevenir que se puedan mojar. El peso es un tremendo problema, que se evita prescindiendo de casi todo. Si excede de 10 Kg. "le pesará". Al cargarla hay que distribuir lo más pesado al fondo y lo más próximo posible a la espalda. Nunca es conveniente llevar nada fuera de la mochila colgando porque se moja o se pierde con facilidad.

2. Saco de dormir: Es imprescindible si piensa utilizar refugios o albergues de peregrinos. En verano no es necesario que sea muy grueso y por tanto muy pesado. También es conveniente llevar una esterilla para no dormir directamente en el suelo.

3. Calzado: Hay que llevar más de un par y procurar que el pie esté previamente acostumbrado a ellos (usados). Lo ideal sería una bota de tejido, ligera y transpirable, que proteja los tobillos de los esguinces y facilite caminar entre piedras y barro. En verano se pueden utilizar zapatillas de deporte si las botas le resultan incómodas.

4. Ropa: La justa. Dos juegos de cada pieza (camisa, pantalón.); mudas y calcetines necesarios; un jersey y chubasquero o capa que en caso de lluvia pueda tapar la mochila. Una bolsita con detergente facilitará la limpieza y que al final de la jornada se pueda poner ropa limpia. Será agradable para usted y para el olfato de los demás. El estilo y la vestimenta es aconsejable cuidarlos, de forma que se nos identifique como peregrinos y no como simples deportistas. Para ello llevaremos en la mochila la concha y en la mano el bordón del caminante. Es conveniente portar un sombrero de tela o paja; este último especialmente en épocas de calor. Siempre conviene llevar a mano un pantalón largo, que se los pueda poner fácilmente sin quitarse el calzado, y una prenda para evitar enfriarse en las paradas y poder vestirse de forma discreta para entrar en las iglesias, tiendas refugios, etc.

5. Comida: Siempre hay que llevar un poco de comida encima, sobre todo frutos secos, fruta o chocolate; y la cantimplora llena. Es inútil cargar comida para más de un día. En los albergues le informarán si hay dificultades para encontrar alimentos en los siguientes kilómetros.

6. Botiquín: Se puede llevar un pequeño botiquín con yodo, esparadrapo de tela, gasas estériles, tiritas, algún laxante, antidiarreico, una crema anti-inflamatoria y crema solar con alto grado de protección.

7. Bordón: Un bordón ayuda a caminar aunque "a priori" parezca molesto.

8. Varios: Linterna. Una bolsa de plástico (con cordones para colgar al cuello) facilita llevar a mano los mapas sin que se rompan ni mojen. Además de una guía con mapas, puede llevar un libro pequeño que le ayude a la reflexión (Evangelio u otro libro religioso, poesía, y algo sobre historia y arte del Camino); pero no pretenda llevarse toda su biblioteca. Una libreta para tomar notas. No es bueno llevar mucho dinero encima. Es mejor usar tarjetas de crédito o cheques de viaje. Conviene que su familia tenga una idea de su recorrido y los teléfonos de las Oficinas de Información para localizarlo en casos urgentes. Gafas para el sol. Una pequeña navaja multiuso y lo que considere esencial completarán su equipamiento básico. (Atención al peso).

9. Documentación:

1. Personal: El Documento Nacional de Identidad o Pasaporte, y la Tarjeta de la Seguridad Social o cualquiera de Asistencia Sanitaria.

2. De peregrino: Credencial de Peregrino: En esta misma página existe un apartado que explica cómo obtenerla.


Al caminar

Tenga en cuenta que todo el camino está marcado a base de flechas amarillas y mojones de piedra. Esta señalización suele ser más fiable y actualizada que la de las guías, en caso de duda., siga la flecha.
En verano evite las horas de más calor a base de salir lo más temprano posible (procure no hacerlo de noche). Póngase crema protectora para el sol y no use durante muchas horas, sobre todo en los primeros días, camisetas y pantalones cortos. Procure, al principio, no caminar muy rápido hasta que conozca su ritmo. Si peregrina en grupo procure adaptarse al ritmo del más lento, en el Camino no hay que buscar llegar el primero, sino llegar.
Si usa los albergues de peregrinos comprobará que no todos reúnen buenas condiciones: acepte lo que le ofrezcan y agradezca el esfuerzo de las personas que trabajan para ayudarle de modo altruista. Procure colaborar para dejar los albergues limpios y ayude con un donativo para sus gastos de mantenimiento. Por la noche recuerde que hay que respetar el descanso de los demás. Apague el teléfono móvil. Los refugios están previstos para pasar una sola noche y tan sólo para los que peregrinan a pie, en bicicleta o a caballo. En caso de enfermedad consulte con los responsables del refugio, que dependiendo de las circunstancias, le informarán si puede quedarse una jornada más y donde puede encontrar atención sanitaria.
Hacer la peregrinación a Santiago implica una cierta sobriedad en los gastos; no es de recibo el caso de algunos que piden refugio gratuito y luego gastan el dinero sin control en otras cosas. Ser peregrino incluye el ser honesto.
Trate con amabilidad a la gente que encuentre al borde del Camino: no son "ignorantes" que deben estar a su servicio, sino personas normales que suelen tratar bien a los peregrinos porque los que han pasado antes que usted los han tratado así a ellos.
Al caminar por carretera sea prudente, no olvide que es la parte más débil y que los automóviles no se fijan demasiado en un "simple peatón".
Si encuentra alguna deficiencia o se le ocurre alguna sugerencia para mejorar las cosas, póngase en contacto con alguna de las oficinas de información. No se desanime aunque tenga problemas, éstos forman parte de "su Camino" y muchos peregrinos antes que usted los han tenido y los han superado.

¡ULTREIA!.