El camino (prohibido) de Santiago

En Cornualles se sitúa el Monte St. Michael, desde el que peregrinos llegados de los más remotos rincones de las islas británicas partían rumbo a Santiago. La ruta fue prohibida bajo pena de muerte por Enrique VIII



Sólo cuando la marea está baja el peregrino puede acceder a pie hasta el Monte de St. Michael
St. Michael's Way, como así se denomina el Camino Inglés, tiene su origen en la iglesia de St. Uny, en el costero pueblo de Lenant, al norte de Cornualles. Procedentes de Gales e Irlanda, desembarcaban en ella viajeros, comerciantes y peregrinos en busca de una ruta a pie más segura que la peligrosa travesía en barco hasta St. Michael, en la rocosa costa sur.
Gracias a estos tempranos caminantes que popularizaron el trayecto, en la actualidad los 20 kilómetros que separan St. Michael de Lenant constituyen la única ruta en Gran Bretaña reconocida y señalizada como Camino de Santiago. Largamente olvidado durante siglos este recorrido medieval fue impulsado y desarrollado por el gobierno local de Cornualle una vez que el Consejo de Europa reconociera las rutas de peregrinaje hasta Santiago de Compostela como itinerarios de interés cultural, en 1987. Son muchos los enclaves de interés a lo largo del trayecto. Empezando por Lenant, la iglesia de St Uny, levantada inicialmente en el siglo XIII y modificada en el XVII. Dejando atrás el puerto, destaca la imponente estructura granítica conocida como Knil’s Steeple, dedicada a John Knill, un vecino de St. Ives que murió en 1782.
Hacia el sur, sorprende en el camino un montículo conocido como Bowl Rock, compuesto de dos enormes piedras de granito que, según cuenta la leyenda local, fueron colocadas por un gigante. La ruta continúa hasta Trencrom Hill, una colina con una fortaleza neolítica de la que solo es visible una pequeña parte de la muralla. Todavía sin excavar, se cree que podría albergar bajo tierra hasta dieciséis cabañas de la época. Si el peregrino sube a la cima de la colina contemplará una de las mejores vistas de Cornualles. La parte final del camino lleva a Ludgvan, cuya iglesia del S.XV fue usada en el pasado como señal y lugar de encuentro para peregrinos que desde ahí hasta St.Michael decidían hacer el trayecto conjuntamente, dadas las dificultades que presentaba a partir de ese punto: más boscoso y pantanoso. En Ludgvan el camino se bifurca. Se puede optar por ir a Marazion, un importante hábitat para pájaros, o continuar el sendero hacia Gulval. No hay duda sobre la autenticidad de ambas rutas, pero se sabe que los peregrinos preferían pasar por Ludgvan como alternativa cuando la tierra húmeda y la marea alta hacían el trayecto hasta Marizon muy difícil.Fuera cual fuera la elección, la siguiente y última parada siempre era el Monte St. Michael. Para algunos peregrinos este era el final de la ruta, pero los más osados continuaban en barco hasta La Coruña.
Aunque considerado trayecto oficial, St. Michael’s Way no era el único camino en Cornualles que llevaba a Santiago en el Medievo. Se sabe de la existencia de otro recorrido, conocido como Saints Way, también muy frecuentado hasta la fecha. De mayor extensión que el anterior, tenía su punto de origen en Padstow, dónde los viajeros llegaban por tierra desde otras regiones de Inglaterra. De ahí hasta Fowey, al sur de la Península, el camino recorría un sinfín de pueblos y aldeas cuya característica común era la presencia de ermitas y pozos dedicados al Apóstol Santiago, entre otros santos.La gente del lugar encontraba interesante ir a los pozos y beber agua que creían les haría sentirse mucho mejor. Originariamente eran más antiguos que la religión, pero tras la conversión de Cornualle al cristianismo, fueron dedicados a los santos . Fowey era el puerto más utilizado e importante en Cornwell en aquella época. Los visitantes que lleguen a este lugar hoy en día, aún podrán ver algunos de los edificios medievales en pie. Recientes excavaciones han encontrado, en el número 9 de South Street, el dormitorio donde antiguamente pernoctaban los penitentes pobres que guardaban turno para embarcar.Seguro que históricamente existen más rutas para el Camino en Inglaterra, tal como las hay en España, pero una cosa saben todos los que han hecho la peregrinación: como dijo el poeta, el camino se hace al andar. El camino de cada peregrino es el que se inicia en la puerta de su casa, por lo que existen tantos caminos como peregrinos.
Licencia para viajar a Santigo
Aunque las licencias para transportar peregrinos fueron tramitadas de forma regular entre los siglos XIII y XV en varios puertos al sur de Inglaterra, obtenerlas no siempre fue una empresa fácil, y hubo épocas en las que los formularios fueron más complejos, exigiendo incluso el número de viajeros embarcados.Así sabemos que en 142, Thomas Adam, patrón del «Mary of Fowey», zarpó del muelle de Fowey con 50 peregrinos a bordo. También consta que durante la guerra de los 100 años, como en el tránsito hacia Galicia los barcos tocaban puertos enemigos, era necesario obtener un permiso especial y los viajeros estaban obligados a jurar que no revelarían datos que pudieran perjudicar los intereses del país.
Además, algunos barcos tenían prohibido transportar determinado tipo de ciudadanos tales como caballeros, clérigos y nobles. Asimismo, los peregrinos tenían que jurar que no llevarían consigo más plata ni oro del que razonablemente necesitarían. Si tenían propiedades, estaban obligados a hacer una declaración de sus bienes y ceder derechos sobre ellos, antes de la partida. Así consta que Roger de la Zouche, propietario de tierras en Devon, obtuvo la licencia cediendo la explotación de sus propiedades, durante 1 año, en caso de que muriera en su peregrinaje a Santiago.
Fuente :ABC

2 comentarios:

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Consejos a la hora de hacer el Camino

Si está empezando a leer esto es porque está interesado en hacer el Camino de Santiago; pero realmente, ¿Sabe qué es el Camino de Santiago?; ¿ha caminado o pedaleado alguna vez?; ¿está dispuesto a sufrir el calor, la lluvia o el frío?, ¿a saborear la amistad, el paisaje, la soledad o los silencios?.

¿Qué es el camino de santiago?

Desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, en el siglo IX, el Camino de Santiago se convirtió en el más importante itinerario de peregrinación de la Europa medieval. El paso de innumerables peregrinos que, movidos por su fe, se dirigían a Compostela desde todos los países europeos, sirvió como punto de partida del desarrollo artístico, social y económico que dejó sus huellas a todo lo largo del Camino de Santiago. Pero, el Camino no es sólo un resto arqueológico de un espléndido pasado histórico, sino que es un camino vivo, renovado por el paso de los nuevos peregrinos que reviven en este siglo una historia que es patrimonio común a los pueblos de Europa.
Peregrinar a Compostela al modo tradicional no es simplemente hacer un recorrido turístico o deportivo por un itinerario artístico en contacto con la naturaleza. Es todo eso; pero es mucho más. Es encontrarse con las raíces religiosas e históricas de Europa, es renovar un Camino de transformación interior, es caminar al ritmo de otros siglos, es. peregrinar.
Podemos decir que el Camino de Santiago es un símbolo. Es una ruta de fe; una ruta de arte y cultura; una ruta ecológica y humana: un encuentro con la trascendencia; la búsqueda de uno mismo; una peregrinación a Finisterre, al misterioso morir y renacer. Es una aventura física y espiritual y hay que prepararse para ella.

¿Ha caminado alguna vez?, ¿Ha pedaleado alguna vez?

Seguramente sí, pero no es lo mismo hacer un pequeño recorrido por las cercanías de su ciudad, y de forma esporádica, que emprender una aventura como el Camino Francés. Para que esta experiencia le resulte grata, antes de ponerse en marcha conviene que busque información, que conozca la historia del Camino, que se prepare físicamente para poder realizar la peregrinación. Para ello puede ponerse en contacto con caulquier asociación de Amigos del Camino de Santiago . En ellas le facilitarán la información que necesita y le orientarán sobre la organización de las etapas, libros de consulta, lugares de alojamiento y los consejos prácticos que necesita un peregrino.

El Camino de Santiago a pie

Antes de caminar
Para muchas personas la peregrinación a pie a Santiago de Compostela ha sido una de las experiencias más gratificantes de su vida. Al mismo tiempo es un empeño físico y mental que hay que preparar a conciencia. Los siguientes consejos pueden ayudarle.

Preparando el recorrido
Antes que nada hay que procurar ambientarse a base de leer algo sobre la historia del Camino y la peregrinación, que nos ayude a sentirnos eslabones de la gran cadena de peregrinos que nos han precedido, y nos prepare a disfrutar mejor del recorrido. Consulte las guías más actualizadas que existen en el mercado.
Procure hacer un plan de etapas previo, pensando que lo normal es recorrer de 25 a 30 kilómetros cada día. Conviene programar al principio etapas cortas para que su cuerpo se vaya adaptando. Al cabo de unos días ya estará entrenado y podrá hacer etapas más largas. Puede programar algún día de descanso; pero, lo mejor es que realice algunas etapas cortas (sobre 15 Km.), haciéndolas coincidir con el paso por los lugares que quiera visitar detenidamente.
Consulte la lista de albergues actualizada si desea usarlos.Estos alojamientos son exclusivamente para los que peregrinan a pie o bicicleta sin realizar tramos en vehículo, y no se pueden hacer reservas. Los grupos grandes de peregrinos conviene que busquen otras alternativas fuera de los refugios habituales. Suelen tener más medios a su alcance y no es lógico que llenen los albergues y dejen a otros peregrinos en la calle.
La peregrinación andando está al alcance de la mayoría de las personas aunque no sean atletas, siempre que sepan dosificar el esfuerzo en función de sus posibilidades físicas. Tendrá que entrenarse realizando caminatas cada vez más largas y, a ser posible, con la mochila cargada con todo el equipo imprescindible que piense llevar, así comprenderá que cuando "pesa", lleva más de lo "imprescindible", y es mejor dejar lo superfluo en casa.

Preparando el equipo

1. La mochila: Será su compañera de camino durante muchas horas por lo que debe ser cómoda y ligera. Procúrese una de tipo anatómico, con correas en la cintura y el pecho, y con bolsillos laterales superiores. Hay que meter las cosas en la mochila de forma ordenada y en bolsas de plástico de diversos colores para facilitar su uso y prevenir que se puedan mojar. El peso es un tremendo problema, que se evita prescindiendo de casi todo. Si excede de 10 Kg. "le pesará". Al cargarla hay que distribuir lo más pesado al fondo y lo más próximo posible a la espalda. Nunca es conveniente llevar nada fuera de la mochila colgando porque se moja o se pierde con facilidad.

2. Saco de dormir: Es imprescindible si piensa utilizar refugios o albergues de peregrinos. En verano no es necesario que sea muy grueso y por tanto muy pesado. También es conveniente llevar una esterilla para no dormir directamente en el suelo.

3. Calzado: Hay que llevar más de un par y procurar que el pie esté previamente acostumbrado a ellos (usados). Lo ideal sería una bota de tejido, ligera y transpirable, que proteja los tobillos de los esguinces y facilite caminar entre piedras y barro. En verano se pueden utilizar zapatillas de deporte si las botas le resultan incómodas.

4. Ropa: La justa. Dos juegos de cada pieza (camisa, pantalón.); mudas y calcetines necesarios; un jersey y chubasquero o capa que en caso de lluvia pueda tapar la mochila. Una bolsita con detergente facilitará la limpieza y que al final de la jornada se pueda poner ropa limpia. Será agradable para usted y para el olfato de los demás. El estilo y la vestimenta es aconsejable cuidarlos, de forma que se nos identifique como peregrinos y no como simples deportistas. Para ello llevaremos en la mochila la concha y en la mano el bordón del caminante. Es conveniente portar un sombrero de tela o paja; este último especialmente en épocas de calor. Siempre conviene llevar a mano un pantalón largo, que se los pueda poner fácilmente sin quitarse el calzado, y una prenda para evitar enfriarse en las paradas y poder vestirse de forma discreta para entrar en las iglesias, tiendas refugios, etc.

5. Comida: Siempre hay que llevar un poco de comida encima, sobre todo frutos secos, fruta o chocolate; y la cantimplora llena. Es inútil cargar comida para más de un día. En los albergues le informarán si hay dificultades para encontrar alimentos en los siguientes kilómetros.

6. Botiquín: Se puede llevar un pequeño botiquín con yodo, esparadrapo de tela, gasas estériles, tiritas, algún laxante, antidiarreico, una crema anti-inflamatoria y crema solar con alto grado de protección.

7. Bordón: Un bordón ayuda a caminar aunque "a priori" parezca molesto.

8. Varios: Linterna. Una bolsa de plástico (con cordones para colgar al cuello) facilita llevar a mano los mapas sin que se rompan ni mojen. Además de una guía con mapas, puede llevar un libro pequeño que le ayude a la reflexión (Evangelio u otro libro religioso, poesía, y algo sobre historia y arte del Camino); pero no pretenda llevarse toda su biblioteca. Una libreta para tomar notas. No es bueno llevar mucho dinero encima. Es mejor usar tarjetas de crédito o cheques de viaje. Conviene que su familia tenga una idea de su recorrido y los teléfonos de las Oficinas de Información para localizarlo en casos urgentes. Gafas para el sol. Una pequeña navaja multiuso y lo que considere esencial completarán su equipamiento básico. (Atención al peso).

9. Documentación:

1. Personal: El Documento Nacional de Identidad o Pasaporte, y la Tarjeta de la Seguridad Social o cualquiera de Asistencia Sanitaria.

2. De peregrino: Credencial de Peregrino: En esta misma página existe un apartado que explica cómo obtenerla.


Al caminar

Tenga en cuenta que todo el camino está marcado a base de flechas amarillas y mojones de piedra. Esta señalización suele ser más fiable y actualizada que la de las guías, en caso de duda., siga la flecha.
En verano evite las horas de más calor a base de salir lo más temprano posible (procure no hacerlo de noche). Póngase crema protectora para el sol y no use durante muchas horas, sobre todo en los primeros días, camisetas y pantalones cortos. Procure, al principio, no caminar muy rápido hasta que conozca su ritmo. Si peregrina en grupo procure adaptarse al ritmo del más lento, en el Camino no hay que buscar llegar el primero, sino llegar.
Si usa los albergues de peregrinos comprobará que no todos reúnen buenas condiciones: acepte lo que le ofrezcan y agradezca el esfuerzo de las personas que trabajan para ayudarle de modo altruista. Procure colaborar para dejar los albergues limpios y ayude con un donativo para sus gastos de mantenimiento. Por la noche recuerde que hay que respetar el descanso de los demás. Apague el teléfono móvil. Los refugios están previstos para pasar una sola noche y tan sólo para los que peregrinan a pie, en bicicleta o a caballo. En caso de enfermedad consulte con los responsables del refugio, que dependiendo de las circunstancias, le informarán si puede quedarse una jornada más y donde puede encontrar atención sanitaria.
Hacer la peregrinación a Santiago implica una cierta sobriedad en los gastos; no es de recibo el caso de algunos que piden refugio gratuito y luego gastan el dinero sin control en otras cosas. Ser peregrino incluye el ser honesto.
Trate con amabilidad a la gente que encuentre al borde del Camino: no son "ignorantes" que deben estar a su servicio, sino personas normales que suelen tratar bien a los peregrinos porque los que han pasado antes que usted los han tratado así a ellos.
Al caminar por carretera sea prudente, no olvide que es la parte más débil y que los automóviles no se fijan demasiado en un "simple peatón".
Si encuentra alguna deficiencia o se le ocurre alguna sugerencia para mejorar las cosas, póngase en contacto con alguna de las oficinas de información. No se desanime aunque tenga problemas, éstos forman parte de "su Camino" y muchos peregrinos antes que usted los han tenido y los han superado.

¡ULTREIA!.